Sábado, tres y media de la tarde. Llego hasta la esquina de Av. de Mayo y 9 de julio. Café Martínez. Un masculino varón heteronorme claramente ebrio, desde la vereda de enfrente, sin conocerme, a los gritos me interpela mientras cruzo la avenida.
miércoles, 13 de octubre de 2021
qué no nos gane el resentimiento
domingo, 5 de septiembre de 2021
La palabra ahí era una lástima
Debería empezar por irme.
¿Cómo uno empieza a irse?
¿Cuándo se termina de ir?
A veces, ni se llega a ningún lado que ya uno decide irse,
casi en silencio. Casi siempre.
La palabra ahí
pierde sentido,
como pierde sentido una ausencia
cuando ya no se la nombra ni con un recuerdo.
Quizás ahí uno ya se fue.
Se fue un poco del todo del que era ahí.
Dejó su orilla, pero aún no toca tierra firme,
navega.
En el medio
un silencio
de esos que habitan el mar
repletos de sonidos
como cuando la ola golpea sobre el barco.
Un sonido casi pulsado.
El agua chocando contra el borde de madera
ya casi sin pintura
de tanto
golpe.
Cuando el mar está así calmo, se habita un silencio.
Es lo único que ahí se deja.
Pero a veces el mar no está calmo.
Habita en él un silencio,
Pero de quietud previa al huracán.
Lastimar es una forma de irse, también.
Esa sí no consigue nunca el olvido.
y del mar
nace la lava
sábado, 15 de mayo de 2021
A Luiz Bonfá
¿es que
acaso una letra puede reemplazar una ausencia?
¿es que
alcanza con nombrar T para sentir T, acá?
sin que a
nadie moleste,
sin que a nadie le importe
T punto
Es extraño
Algo no te
trae, aunque T. nombre
entonces
beso al aire
de voz
lo que flota
aun de imagen
de T.
a Me.
lunes, 19 de abril de 2021
Longinquas
Camino de otoño
Un horizonte plano
La luz correcta
El árbol justo
Cierro los ojos
ya sin perderme
el horizonte se aleja con vos
Creo ir hacia él
pero no hay nada de mí, ahí.
El sonido del paso,
a ritmo de atardecer,
es siempre como un deseo,
un deseo de no querer despedir el día
Esos momentos que uno hace largos
Y eternos,
Y luces,
y ocres,
naranjas,
se detienen sobre las hojas
y sus ausencias
y amoras aromas [1] y vientos
Y sus contornos
Y el último brillo,
también
sobre los ojos
La noche se apronta
a despedir el día
no queda ya mucho tiempo de esa luz
esa que envolvía cada hoja
de cada árbol
de cada otoño
de cada calle
de cada domingo
A veces es triste
despedir los días
y sus luces de otoño,
es como el abrazo que se termina,
no porque uno quiera
sino porque el avión parte
Un atardecer es siempre una partida
un abrazo que termina,
un avión en la pista,
una mirada sobre la ventanilla
y una ausencia,
posada en cada nube
de cada
otoño,
de cada domingo,
Por eso,
a veces,
la noche caduca
[1] Al momento de escribir aromas, gracias a la dislexia, escribí amoras, si dudas neologismo filtrado del libro Versuras de Gonzalo Sanguinetti. Después escuché la combinación sonora entre la intención y el desvío.